Para estar reembolsado por la Seguridad Social, el audífono debe venderse con un servicio adicional de seguimiento, que debe realizar el audioprotesista que vendió el audífono. Según un estudio de 2015 de UFC Que Choisir (disponible aquí), estos servicios - que representan el 40% del coste total de los audífonos - son poco utilizados por las personas a las que se les han colocado audífonos, porque no les sirven, no llevan el audífono o el audioprotesista ha cerrado. En 2017, un ensayo clínico estadounidense (disponible aquí) concluyó que estos costosos servicios no generan una mayor satisfacción en el manejo, el uso y la utilización del audífono en comparación con un audífono vendido sin servicios adicionales (audífonos preconfigurados como AZUR e ORISON). Sin embargo, estos servicios generan el consiguiente rechazo de los interesados a comprar un audífono. En Francia, sólo 1 de cada 4 personas con presbiacusia dispone de un audífono. Y, entre las personas equipadas con audífonos, se considera - una cifra tabú - que el 15% de ellas no lleva su equipo. En marzo de 2020, con la crisis del COVID-19, la ejecución de estos servicios se ha vuelto más compleja, sobre todo con el cierre de muchos comercios y la aplicación de gestos de barrera.