¿ Qué es la presbiacusia ?

La presbiacusia es el resultado del envejecimiento natural del oído.

Por tanto, afecta a todas las personas a partir de cierta edad y los factores genéticos y ambientales (ruido) pueden agravar o acelerar su importancia.

La presbiacusia es a la audición lo que la presbicia a la vista. Sin embargo, hay una diferencia importante : la presbiacusia afecta al órgano sensorial, es decir, a las células auditivas, que se deterioran con los años y no se regeneran, mientras que la presbicia afecta al globo ocular, sin dañar el órgano sensorial (nervio óptico). Así, el présbita podrá recuperar la visión perfecta con unas gafas adaptadas, mientras que el présbita sólo se corregirá imperfectamente mediante la amplificación de las frecuencias dañadas.

Es importante aclarar esta noción para que el paciente no se sienta decepcionado. Sin embargo, la calidad actual de los audífonos debería satisfacer a la mayoría de los pacientes que buscan ayuda.

8 de cada 10 casos de pérdida de audición se deben al envejecimiento del oído.

Los hombres se ven afectados antes que las mujeres, pero la edad media se sitúa entre los 50 y los 70 años para el 75% de ellos.

La discapacidad auditiva es progresiva y de desarrollo lento, y afecta principalmente a las frecuencias altas (2000 Hz, 4000 Hz y 8000 Hz). Se trata de una sordera perceptiva (que afecta al órgano sensorial), bilateral y simétrica. El otorrinolaringólogo lo diagnosticará realizando una audiometría tonal y vocal.

Esta alteración de las altas frecuencias provoca un malestar que es perceptible sobre todo en un entorno ruidoso, lo que suele llevar a una negación sincera por parte del sujeto. » No puedo oír a mi mujer hablándome desde la cocina de espaldas a mí, con la capucha puesta».

Las indicaciones para la adaptación de un audífono se basan en esto y deben proponerse en cuanto el paciente encuentre molestias en la vida social, especialmente en condiciones de ruido ambiental en las que repite o escucha sonidos cercanos. Por regla general, un déficit medio de 35 dB es una indicación para la adaptación de un audífono, sobre todo porque cuanto más temprana sea la adaptación, mayor será el beneficio para el usuario, retrasando la aparición de problemas cognitivos.

Tendencias

Por desgracia, nuestro mundo actual y su contaminación acústica han agravado la presbiacusia o adelantado su edad de aparición. Además de estos ataques anteriores, existen lesiones auditivas puras relacionadas con ataques de ruido o presión, que son independientes de la edad pero que producen curvas auditivas muy similares a las de los enfermos de presbiacusia.

La agresión por ruido sigue siendo una prerrogativa de las ocupaciones de alto riesgo, pero afortunadamente los cascos de protección existen desde hace décadas en los lugares de trabajo (trabajos de forja, herrería, prensas, martillos neumáticos, etc.). Los jóvenes siguen siendo el principal objetivo de los ataques de ruido en la actualidad: walkmans, conciertos, discotecas…

Puede ser una agresión sonora y de presión: disparos, fuegos artificiales, petardos, explosiones…

O los ataques de presión pura: el buceo, el paracaidismo, pero sobre todo la apnea. Estos deportes suelen implicar a sujetos jóvenes y el daño auditivo resultante es muy cercano a la presbiacusia.

En 2016, cuatro millones de franceses con pérdida de audición leve o moderada estaban afectados. Entre ellos, el 80% no lleva audífonos a pesar de la evolución técnica y la discreción de las prótesis actuales. Una vez que el ORL ha explicado a su paciente lo que puede esperar de un audífono, cuando se vuelven invisibles o casi invisibles, cuando el precio se vuelve totalmente accesible con la generación de audífonos listos para usar que se adaptan a estos casos leves o moderados, ¿sigue siendo posible la negación?

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